7.1. La relación indisociable entre formato, objeto y modelo de negocio
En el apartado 2 «Producción editorial digital: objetos, formatos y herramientas», hemos insistido mucho en que el ecosistema actual nos ofrece muchas opciones diferentes, tanto a la hora de crear un objeto editorial digital como a la de publicarlo y comercializarlo en la Red.
Hemos definido un ecosistema en el que las decisiones que tomemos cuando elegimos un objeto u otro, un formato u otro, un software, determinarán de manera muy significativa las opciones que tendremos para publicar y comercializar un producto editorial. En este caso, a diferencia otros sectores relacionados con la creación de contenidos (audio, vídeo, etc.), el proceso técnico que hayamos seguido para crear el objeto editorial determinará las posibilidades comerciales o, en todo caso, el trabajo extra que tendremos que hacer para poder acceder a ello.
Siempre podremos transformar nuestro objeto en otros formatos, o modificar la constitución técnica para adaptarla a determinados requisitos formales que las plataformas de publicación digital nos exigen, pero si no hemos tenido en cuenta, a priori, qué plataformas de publicación queremos usar y cuáles son los formatos que usan estas, el proceso puede ser mucho más largo y tedioso.
El mapa de opciones de negocio para la producción editorial digital está fuertemente relacionado con las características técnicas de cada objeto digital, su formato y los lenguajes informáticos que se hayan usado para crearlo.
Si bien es cierto que hay opciones que son universales, en las cuales podemos elegir comercializar cualquier contenido digital independientemente de su formato, son menores y toman al creador una gran parte de la capacidad de modificar e intervenir en la visualización final del producto.
Si se quiere ofrecer contenidos actualizables permanentemente, por ejemplo, es poco realista pensar que el usuario descargará de manera periódica de un servidor las nuevas versiones a medida que estas estén disponibles y, por lo tanto, tendremos que intentar ofrecer un contenido en línea en el que la actualización del contenido se pueda hacer automáticamente. En este caso, necesitaremos que el contenido pueda ser mostrado en la Red y que, por lo tanto, use los lenguajes para la web o formatos que toman como referencia estos lenguajes, como EPUB.
La definición y clasificación de las diferentes opciones comerciales disponibles no es sencilla, y se produce en un entorno en el que las fronteras conceptuales se desdibujan, lo que da lugar a productos y soluciones híbridos. Sin embargo, plantearemos las características básicas de cada uno de los modelos posibles para ser capaces de entender cuáles son las posibilidades para comercializar un producto editorial digital.
Y lo haremos desde una óptica que pretende alcanzar desde los modelos actualmente en uso, los más populares, hasta los de reciente implantación y que se basen en la evolución de las tecnologías para la web. La tendencia a la publicación digital en línea es un hecho en todos los sectores digitales, como ya hemos dicho, y en este proceso se han generado un conjunto de nuevas oportunidades para catalogar, indexar, manipular y visualizar los contenidos editoriales digitales.
La publicación digital en línea no deja de lado lado los modelos clásicos de publicación y comercialización editorial, sino que a la remediación de los modelos analógicos se añaden nuevas opciones digitales que aprovechan los cambios tecnológicos y la evolución de los lenguajes web para maximizar la difusión de los contenidos, a la vez que se define un ecosistema comercial factible, flexible y con capacidad de adaptarse a las demandas de los «nuevos» lectores.
Clasificaremos los diferentes modelos de negocio para las publicaciones digitales en dos grandes grupos. En primer lugar, lo que denominamos modelos clásicos, porque son «traducciones» digitales de los modelos de negocio convencionales y, en segundo lugar, los nuevos modelos digitales.
Modelos de negocio
Si analizamos con detalle los diferentes modelos, nos daremos cuenta de que, en realidad, la mayoría de las opciones digitales son relecturas, nuevas interpretaciones, de los modelos analógicos convencionales. No se inventan nuevos medios y nuevos modelos de la nada, sino que se transforman los antiguos teniendo en cuenta las nuevas características y posibilidades digitales.
La clasificación que presentamos es una diferenciación conceptual que se basa en el hecho de que los modelos digitales no eran posibles, o resultaban muy difíciles de aplicar, en el entorno analógico anterior.
Modelos clásicos | Modelos digitales |
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