1.5. Público objetivo, vías de distribución y posibles modelos de negocio
1.5.3. Posibles modelos de negocio asociados a los productos editoriales digitales
En el caso de los posibles modelos de negocio asociados a la producción editorial, también podemos definir dos grandes grupos que hay que tener en cuenta. Podemos diferenciar claramente entre:
- La digitalización del modelo de distribución, los nuevos modelos puramente digitales que son el fruto de las nuevas potencialidades del ecosistema digital y la codificación digital de la información.
- La venta editorial clásica, es decir, la venta de ejemplares individuales a un precio predeterminado para cada objeto.
La remediación de los procesos comerciales clásicos es la primera opción que solemos tomar cuando digitalizamos un proceso «analógico» clásico.
Cuando empezó el fenómeno de la música comercial en MP3, no era posible acceder a una sola canción, y manteníamos el formato clásico de LP o de disco completo, en el cual si uno quería acceder al contenido, tenía que comprarlo entero y a un precio equiparable al formato de distribución pre-internet. Sin embargo, poco a poco, y gracias a la aportación de diferentes iniciativas innovadoras, se popularizó el modelo actual, en el que se puede acceder a una sola canción, comprar un conjunto de estas o suscribirse a un servicio de música a demanda por un precio fijo. Lo mismo ha pasado en la industria del audiovisual: del formato convencional, de compra por ejemplar y de precios elevados, hemos pasado a un modelo de suscripción por contenidos (Netflix, HBO, Vodafone TV, etc.), mucho más acorde con las características del entorno actual.
En el sector editorial, este proceso es todavía incipiente y los modelos de negocio actuales, cada vez con más excepciones (sobre todo en cuanto al acceso por suscripción), continúan siendo todos modelos clásicos de distribución de ejemplares individuales.
Modelos clásicos
Los modelos clásicos de distribución y venta de contenidos ya los conocemos de primera mano, puesto que son los que usamos en una librería convencional o cualquier tienda de productos, también en línea. Nosotros nos interesamos por un producto (un ejemplar), pagamos un precio concreto, y el contenido pasa a estar disponible para acceder al mismo y leerlo (no queda claro en muchos casos que seamos propietarios de este ejemplar digital, sino que somos usuarios del mismo). Es el modelo editorial habitual, en el que el ejemplar es el centro del modelo de negocio.
En este grupo, podríamos añadir también el modelo que se basa en la suscripción a unos contenidos por un pago fijo mensual. Es un modelo que en algunos casos se incluye en el grupo de innovaciones, porque es cierto que no era habitual en el entorno analógico que se tuviera acceso a un catálogo editorial completo por una suscripción mensual, pero no se aleja mucho de lo que han hecho siempre las bibliotecas, los clubes de lectura o las suscripciones a editoriales que permitían acceder por un precio reducido a un gran conjunto de libros o revistas. Por lo tanto, en este caso también podemos hablar de una remediación del modelo, que ahora es mucho más fácil de implementar y de rentabilizar (puesto que no tenemos que distribuir un objeto físico previamente imprimido y encuadernado).
Modelos innovadores y digitales
Los modelos más innovadores y propiamente digitales son los que desmontan la dictadura del ejemplar. Son modelos que rompen la relación unilateral entre ejemplar y precio para hacer propuestas más adecuadas al entorno digital. Estas propuestas pasan por la creación de ejemplares complejos, fruto de la suma y resta de una parte de los contenidos de los ejemplares originales, por la creación de productos personalizados a las necesidades de un lector concreto. Son modelos que permiten reunir diferentes capítulos de distintos ejemplares en un mismo objeto digital, y crear así, in situ, un contenido adaptado.
Estos modelos, sin embargo, son minoritarios en los portales habituales, y quedan en el terreno de la innovación, ya que, para que sean posibles, los contenidos tienen que cumplir determinados requisitos técnicos y formales que la industria editorial está incorporando.
Para que sea posible desmontar un ejemplar –un libro digital, por ejemplo, o una revista digital–, es necesario que el formato que recoge los objetos sea accesible y comprensible para los sistemas informáticos más allá de la consideración de archivo digital. Hay que identificar el contenido de un libro del mismo modo que lo hacemos con una página web, definiendo el título, el cuerpo del texto, las partes más y menos importantes, etc. Sin embargo, también el inicio y el final de un capítulo, los metadatos necesarios para identificar el contenido, y que este sea fácilmente copiable, manipulable y adaptable digitalmente. Estas condiciones solo las cumplen hoy día los lenguajes para la web. Poco a poco, con la adopción del formato EPUB, del cual hablaremos posteriormente, y la tendencia global hacia los lenguajes abiertos, cada vez será más factible implementar nuevas relaciones entre el modelo de negocio y los contenidos con la manipulación de estos, teniendo en cuenta determinados requisitos concretos. El lector podrá seleccionar un tópico y obtener diferentes capítulos, artículos o contenidos adecuados a lo que busca, sin la necesidad de comprar todos los ejemplares concretos. Este hecho implicará una revolución en la manera en que accedemos a los contenidos textuales.
No podemos obviar, sin embargo, que estos nuevos modelos de distribución tienen mucho más sentido cuando hablamos de contenidos académicos o de ensayo y mucho menos en la novela o la narración breve. Normalmente, a pesar de que podríamos encontrar alguna excepción, carece de sentido partir una novela en capítulos, o un cuento o narración breve, a menos que el objetivo que tengamos sea de investigación o análisis de aspectos concretos de este o de su movimiento literario.
Hemos querido plantear aquí este reto porque, a pesar de que hablaremos desde la óptica de la distribución y la comercialización en un apartado propio, es muy importante entender que las decisiones técnicas y conceptuales sobre la producción del objeto determinarán las opciones comerciales y de distribución a las que podremos acceder.
Si queremos vender un ejemplar a Amazon, tendremos que usar su formato y las herramientas que nos ofrecen para crearlo, y si lo queremos hacer en Google Books, tendremos que elegir el formato EPUB. En el caso de las herramientas de creación, si usamos un programa como iBooks Author (Apple) para crear un libro digital, solo tendremos la opción de venderlo en el portal de Apple, porque el formato resultante del libro será propiedad de la empresa. Con Adobe InDesign, a pesar de que podremos exportar a diferentes formatos, tendremos que someter el resultado a una importante revisión del código para cumplir los estándares del formato y validar correctamente nuestro ejemplar.
Trataremos todas estas dificultades, condicionantes y dependencias de manera más detallada a continuación.