1.5. Público objetivo, vías de distribución y posibles modelos de negocio
1.5.1. Introducción
Finalmente, el tercer reto importante es determinar qué vías de distribución queremos usar para nuestro producto, y a qué opciones de monetización o comercialización queremos acceder.
Esta heterogeneidad y multiplicidad que al empezar asociábamos al entorno digital no solo se produce en la creación de nuevos objetos digitales, sino que se manifiesta también a la hora de publicar un producto para venderlo o distribuirlo en la Red.
De nuevo, deberemos tener en cuenta esta cuestión antes de empezar el proceso de creación del objeto, antes de desarrollar el proyecto editorial. La elección de las posibles vías de comercialización de un producto, en el caso del digital, también condiciona y determina la elección del formato en el que tendremos que ofrecer este contenido.
En algunos sectores, como en la industria musical o el sector audiovisual, los formatos en los que se crea el contenido no determinan las vías de distribución, porque la transcodificación o conversión de formatos es algo sencillo, directo, en lo que el contenido no se ve alterado. En el caso de la producción editorial, como iremos viendo a lo largo de estos materiales, esto no es así. El sector de la venta y distribución editorial, y de la publicación de documentos digitales con objetivos concretos (catálogos, cartas de productos, etc.), se ha construido en el entorno de ecosistemas cerrados de producción (formato, plataforma de distribución, dispositivo de lectura) dependientes de grandes empresas y con una relación necesaria entre las herramientas de creación, el formato y las opciones de comercialización.
De acuerdo con la complejidad del entorno de publicación editorial digital y las fuertes relaciones de dependencia entre formatos y portales de distribución, dedicaremos dos apartados de estos materiales a tratar esta cuestión: por un lado, las plataformas de publicación de contenidos editoriales más habituales y, por otro, los posibles modelos de negocio asociados a los contenidos editoriales. Sin embargo, como comentábamos, es importante plantear, de manera anticipada y a grandes rasgos, las opciones existentes, para poderlas tener en cuenta a la hora de determinar la forma de nuestro proyecto editorial.
Teniendo en cuenta la coyuntura actual del mercado digital, es evidente que todo el contenido que producimos será distribuido por internet. No es posible hoy pensar en un proyecto digital que no use la Red como plataforma de distribución y mercado principal. Es cierto que podríamos guardar el objeto resultante en una memoria portátil (tarjeta, memoria USB, etc.) y distribuirlo físicamente, pero esta vía no solo ha dejado de tener sentido con la conectividad total de los dispositivos digitales a la Red, sino que no es eficiente en ninguno de los campos que nos interesan cuando queremos comercializar un contenido, ni económicamente, ni por la inmediatez de entrega necesaria, ni por las pretensiones del lector/cliente, etc.