Saber traducir del cliente toda la información necesaria para poner en marcha un proyecto.
Reconocer los datos que son importantes, porque nos ayudarán a decidir el estilo de maquetación que tenemos que hacer.
Conocer los distintos tipos de publicaciones que existen en el mercado y sus formatos. Tener claras las características de cada uno para poder manejarnos con cualquiera de ellos y, si fuera necesario, saber cuál debemos elegir en una propuesta.
Conocer brevemente cómo funcionan los mecanismos editoriales a la hora de poner en marcha un proyecto, y lo importante que son los tests del producto, no solo con el cliente, sino también con muestras de audiencias.
Tipografía:
Reconocer de manera genérica los tipos de letras según su trazo.
Tener conocimiento de qué uso es el más adecuado para cada tipografía, en función de sus formas.
Entender cómo con las letras es posible comunicar sensaciones, más allá del significado que contienen.
Tomar conciencia de que hacer pruebas y experimentar con tipos, e intentar combinaciones más o menos estilosas, es la única manera de controlar el trabajo con tipografía.
Aprender a reconocer cuándo una combinación de tipos funciona de manera adecuada.
Asimilar la importancia que tiene en diseño el uso de la tipografía.
Imágenes:
Conocer los tipos de imágenes que se utilizan en el mundo editorial.
Saber cuál es el origen de las imágenes, para poder hacer un buen uso de las mismas.
Conocer los distintos formatos de imágenes con los que el diseñador puede trabajar.
Adquirir una serie de nociones básicas para trabajar con imágenes en la composición del diseño, con el fin de sacarles el máximo partido posible.
Color:
Aprender a interpretar los colores.
Entender qué es lo que trasmite un color de manera subconsciente.
Conocer cómo funcionan las familias de colores.
Entender los resortes que hacen que una combinación de varios colores funcione adecuadamente.
Retícula:
Conocer qué es la retícula y su importancia.
Entender el uso de la retícula en un diseño para crear coherencia en el diseño.
Saber crear una retícula de cero y aprender a conocer su funcionalidad.
Entender que es preciso ser flexible y ordenado, por lo que hay que aprovecharse de las ventajas que aporta un buen esqueleto en un diseño.
Composición:
Aprender a reconocer cada uno de los elementos básicos que componen una maqueta.
Conocer cuáles son las maneras de crear atención sobre los elementos que requieran importancia.
Aprender a construir una jerarquía dentro de la página de manera eficaz.
Entender la importancia de crear elementos que, en su conjunto, construirán una identidad gráfica del proyecto.
Conocer la importancia de crear recursos como un «manual de estilo» gráfico, plantillas de los temas, bibliotecas u hojas de estilo que no solo definen el producto, sino que también hacen más fácil el trabajo con el mismo.
La portada:
Entender la importancia de la portada, su significación y su trascendencia.
Reconocer todos los elementos que suelen aparecer en una portada.
Reconocer los géneros de portada más habituales.
Manejar unas nociones básicas, pero muy importantes, para tener recursos a la hora de resolver una buena composición de portada.
Arte final:
Tomar conciencia de la importancia del arte final.
Conocer las especificaciones de un documento final listo para imprenta.
Familiarizarnos con las especificaciones necesarias para imprenta en los documentos.
Repasar los distintos acabados especiales que se pueden aplicar al diseño.
Publicaciones digitales:
Entender cómo evolucionan los recursos hacia una era más digital en la que el diseño ha de adaptarse a nuevos medios.
Conocer las publicaciones más habituales que se suelen diseñar para el entorno digital.
Analizar los pros y contras del medio digital en relación al impreso.
Comprender que los procesos de diseño destinados al medio digital están ligados a procesos informáticos de programación.
Reflexionar acerca de la necesidad de conocer la UX experience para poder diseñar de manera efectiva.
Repasar las nuevas necesidades de un medio distinto con las que el diseñador ha de estar familiarizado para poder adaptarse a lo que requiera el producto.