1. Introducción al proceso de diseño editorial
1.2. Introducción a los distintos formatos
1.2.3. Revistas
1.2.3.1. Definición
LA RAE define revista como «una publicación periódica con textos e imágenes sobre varias materias, o sobre una especialmente». En un ámbito editorial, es uno de los productos más completos que existen.
Cada revista suele tener su propia personalidad, a lo que ha de contribuir la imagen gráfica que se construya y desarrolle para ella.
1.2.3.2. Estructura
A grandes rasgos, todas las revistas suelen tener puntos comunes en su estructura:
La portada es lo primero que el lector ve de la publicación, por lo que ha de comunicar de manera directa cómo es el contenido. Este primer impacto que recibe el lector es fundamental, y determinará su intención de compra. El objetivo principal de una revista es vender ejemplares, por lo que la portada ha de captar la atención de los lectores de manera efectiva. El diseño debe ser cuidado y vistoso, y los contenidos tienen que resultar interesantes. En ella encontraremos la marca propia de la revista o cabecera, la cual ha de ser reconocible, número tras número. Conseguir una imagen de marca definida solo puede lograrse con la repetición de elementos y recursos, hasta que estos acaben convirtiéndose en algo identificativo de la publicación. Es lo que se denomina branding, algo imprescindible en la comercialización del producto.
Las «tripas» de la revista suelen estar divididas en grandes bloques. Se suelen encontrar grandes reportajes, artículos más pequeños y secciones fijas (el índice, consultorios, novedades, etc.). El diseño de la revista ha de ser un todo armónico, pero cada bloque debe tener su pequeña distinción gráfica.
1.2.3.3. Tipos de revistas
En un ámbito editorial, todas las revistas pueden englobarse dentro de cuatro categorías: revistas informativas, especializadas, científicas y de entretenimiento. Pueden estar destinadas a diferentes públicos (adultos, infantiles, femeninas, masculinas, etc.) pero, a grandes rasgos, su temática puede ser categorizada dentro de uno de estos grupos. Los recursos gráficos usados han de ser acordes al tipo de revista que estamos haciendo y a cómo los contenidos quieren ser difundidos.
- Revistas informativas. Su función es informar o comunicar información de actualidad, normalmente temas relacionados con economía, política, sociedad, etc. Pueden definirse como la «versión no diaria de los periódicos».
- Revistas de divulgación científica. Su contenido se estructura en torno a la comunicación de avances, descubrimientos o investigaciones llevadas a cabo en materia de ciencia. Solo publican informaciones contrastadas, por lo que cuentan con un alto grado de credibilidad.
- Revistas especializadas. Son revistas que giran en torno a un tema en particular, por lo que suelen estar orientadas a un público con intereses en estos sectores, de modo que no suelen ser masivas.
- Revistas de ocio. Revistas cuyo fin es entretener a la audiencia. Sus contenidos pueden ser informativos, pero están tratados de forma amena y con menor profundidad. En este bloque se incluye la mayor parte de las revistas generalistas, las más conocidas, porque son las que mayor difusión tienen (pueden ser de moda, de corazón, de música, cine, etc.).
En la actualidad, el formato de revista digital ha ido cobrando forma. En ocasiones, estas son una trasposición a la web de la revista en papel. En otras, son revistas ya creadas para este formato. Todavía estamos en proceso de implantación de este tipo de publicaciones, y las grandes editoriales aún se muestran reacias. Los costes de realización son mucho más baratos, su difusión más inmediata, pero son menos rentables, ya que deben tener un precio muy asequible o ser gratuitas (el lector todavía tiene prejuicios en lo que respecta a pagar por contenidos digitales). También la publicidad entra difícilmente en este sector y, si lo hace, nunca a las tarifas que se manejan en los medios impresos.
Queda mucho camino que recorrer en este ámbito. Las posibilidades en diseño se multiplican, y la introducción de contenidos enriquecidos (enlaces a sitios web, vídeos, archivos de audio, galerías en movimiento, etc.) en las páginas, manteniendo un estilo editorial, abre todo un nuevo panorama creativo.
1.2.3.4. Los pliegos
Cuando una revista se imprime en una rotativa o imprenta, no se hace página a página sino que se imprimen unas hojas de gran tamaño denominadas pliegos que, al ser dobladas un número concreto de veces, conforman un bloque de la revista en el orden correcto. Para que una publicación cuadre con el sistema de impresión, habrá que tener claros tanto el tamaño tanto de la revista (para que encaje en el pliego), como el número de páginas totales necesarias.
El tamaño de los pliegos ha de ser facilitado por el impresor (o el departamento de producción, si se trata de una editorial). Ellos calcularán con las bobinas de papel que se van a utilizar en la impresión qué tipos de pliegos son los más rentables.
Lo que el diseñador ha de tener en cuenta con este proceso es que, a la hora de decidir el número de páginas totales de la revista, no puede hacerse de manera aleatoria, y que siempre han de ser múltiplo de cuatro. En un ámbito de diseño, no afectará para nada el hecho de que ese número de páginas se impriman en pliegos de 8, 32 o 72 páginas.
1.2.3.5. El planillo o alzado
Lo que en el mundo editorial se conoce como «planillo» es la solución que surge a la necesidad de poder controlar el contenido íntegro de una revista. Un planillo es un esquema de todas las páginas, en el que se marcan los pliegos que componen la publicación y todos los contenidos que hay en la misma. Con este, se puede llevar un control extremo acerca del orden de los temas, la extensión o el estado dentro del flujo de trabajo.