6.8. Propiedad intelectual
6.8.2. El derecho a citar
Afortunadamente, hay una manera en la que podemos utilizar material de otros creadores aunque esté protegido por derechos de autor. Se trata del derecho a citar. Este derecho está muy claro en la letra impresa. Un investigador está escribiendo un libro, por ejemplo, sobre la historia de internet. Este investigador ha leído, en un libro de Tim O’Reilly publicado en este mismo año, una serie de ideas sobre el origen de internet, con las cuales no está de acuerdo (o sí que lo está). Pues bien, este investigador tiene todo el derecho del mundo a citar el texto de Tim O’Reilly sin tenerle que pagar nada, y ni siquiera pedirle permiso. Si el libro del investigador se vende, los cánones son para el autor, y Tim O’Reilly no recibe ni un céntimo. Lo mismo sucede con los resúmenes. Si un crítico redacta un resumen de Marciano, el copyright de este resumen es del crítico y no de Andy Weir, el autor de la novela.
En el mundo audiovisual, las cosas no están tan claras. Usos muy específicos, como reproducir Los girasoles de Van Gogh si uno está escribiendo un estudio de pintura holandesa contemporánea, está permitido; o reproducir unos fotogramas de Blade runner, de Ridley Scott, si se hace una investigación sobre el cine de ciencia-ficción, también, pero a partir de aquí las fronteras se hacen borrosas. Todo dependerá finalmente de si hay ánimo de lucro en nuestro proyecto, cuánto dinero estamos ganando y qué uso estamos haciendo de las imágenes.
Por ejemplo, Mattel tiene una escrupulosa política de protección de su muñeca Barbie y amenaza con acciones legales a cualquier persona que haga un uso irónico o libertino de la muñeca.
Dado que un vídeo probablemente incluirá también sonidos, necesitamos ser doblemente cuidadosos a la hora de comprobar que no estamos traspasando la propiedad intelectual de nadie. Quizá el vídeo casero o de dominio público que hemos encontrado en la Red tiene una banda sonora propietaria, y cuando lo subimos a una red de distribución como YouTube, un día, de repente, se queda sin sonido porque el propietario ha descubierto nuestra violación de la propiedad intelectual.
Merece la pena asegurarse de que trabajamos con material realmente libre, tanto por profesionalidad como para evitarnos problemas. Una buena opción es utilizar el buscador de Creative Commons, que tiene una impresionante base de datos de vídeos libres. Un buscador alternativo es SpinXpress.
Aprovechad también repositorios como Archive, donde sabéis seguro que todos los vídeos que hay no tienen problemas de derechos.