5.1. Ecosistema del audio en un entorno digital
La voz, la música, los sonidos de la naturaleza, los ruidos de todo tipo son herramientas muy potentes para transmitir contenidos, pero hay que emplearlas de manera cuidadosa. Al contrario de la imagen, ante la cual podemos simplemente desviar la mirada y desaparece, el sonido es mucho más invasor, de forma que tenemos que ser mucho más cuidadosos a la hora de utilizarlo en un proyecto transmedia. Como ocurría con la imagen, es necesario primero que pensemos minuciosamente cuál es el mensaje que queremos transmitir, a qué público va dirigido, cuál será el medio sobre el que se organizarán los sonidos y cuál es el modelo de negocio tras nuestro proyecto.
Las cuestiones técnicas con el audio son realmente importantes. Una conferencia o podcast grabado a baja resolución, con ruido de fondo y la voz del conferenciante que sube o baja de volumen en función de si está más o menos cerca del micrófono, son una fórmula casi segura de perder nuestro público. De aquí la importancia de disponer de buen material de grabación y saber cómo utilizarlo. También está a nuestro alcance la posibilidad de generar sonidos sintéticos con la ayuda de software, y la capacidad de convertir datos y otros medios en sonido, de forma que podemos crear desde proyectos informativos hasta experimentos artísticos conceptuales.
Para editar, nos enfocamos en Audacity, que es un programa libre, muy fácil de usar y con muchas posibilidades, pero también comentaremos alternativas.
Como en el caso de la imagen, disponemos de redes sociales especializadas en todo tipo de sonidos y repositorios para acceder a cualquier clase de proyectos de audio y distribuirlos, aunque debemos trabajar siempre desde parámetros respetuosos con la propiedad intelectual.
Emociones, teorías, experimentos… El sonido es un aliado muy poderoso para explicar historias y llegar a nuestra audiencia. Para utilizarlo bien, es necesario que conozcamos con cierto detalle los distintos formatos de audio disponibles y sus características.
Comunicar con audio. Retos que hay que resolver
Todo lo que explicamos sobre las imágenes se aplica igual de bien al audio. Que dispongamos de una fantástica biblioteca de efectos de sonido –o de bandas sonoras libres de derechos– no significa que tengamos que incluirlas necesariamente en nuestro proyecto transmedia. Primero, tenemos que preguntarnos qué queremos comunicar, a qué público nos queremos dirigir, y pensar en qué medio queremos llegar al público.
Tal y como hemos dicho al hablar de imágenes, la decisión que tiene más efecto en la elección del formato final es el medio con el que llegaremos a nuestro público. El punto clave de esta decisión es el trabajo fuera de línea, frente al trabajo en línea. Si queremos que nuestro proyecto transmedia con audio sea descargable desde la web, tendremos que incluir algún tipo de compresión relevante para que la descarga sea sencilla. Si trabajamos fuera de línea, será mucho mejor generar ficheros más pesados pero que resulten lo más fieles que sea posible al original.
Insistimos en que la decisión del medio no la podáis tomar aisladamente. Es algo que surge de contestar las preguntas sobre qué contenidos queréis liberar y a qué público queréis llegar. Si vuestro objetivo es crear una colección de música clásica de alta calidad para melómanos exigentes, lo más razonable será crear un proyecto fuera de línea de alta definición, aunque penséis que si la subís a vuestra web llegaréis a mucha más gente.
El modelo de negocio también es relevante siempre. Para no repetirnos, damos por bueno lo que hemos dicho anteriormente sobre las imágenes, y en el apartado dedicado al vídeo daremos más detalles del modelo económico de financiación colectiva.