1.5. Público objetivo, vías de distribución y posibles modelos de negocio
1.5.2. Opciones para publicar y distribuir un producto editorial
Todas las vías de distribución que plantearemos dan por supuesto que el contenido se distribuirá y estará disponible en línea. Esta consideración puede parecer a priori fuera de lugar en el estado actual de la tecnología y los dispositivos móviles, pero en vista de algunas iniciativas que pretenden recuperar el objeto físico como contenedor de un objeto digital para distribuir contenidos, no está de más recordar que, pese a que podamos añadir una capa extra entre la Red y el lector de la información, el contenido se almacenará y se distribuirá por la Red.
Todas las opciones que tendremos deberán pasar, necesariamente, por ubicar el objeto producido en un servidor en línea propio o externo.
Para publicar y distribuir contenidos digitales editoriales, podemos acceder a dos grandes grupos de acciones:
- Crear una página web propia o un portal y distribuir nosotros mismos el contenido. En este caso, mientras producimos un archivo que sea descargable (cuyo peso no lo haga inaccesible y que tenga un formato mínimamente popular), no tendremos que cumplir ningún requisito técnico para poder publicar nuestro contenido, ya sea en formato web directamente o usando alguno de los formatos digitales para publicaciones que tenemos disponibles.
- Acceder a diferentes portales en línea, que nos permiten, a cambio de un porcentaje de los beneficios y de cumplir los requisitos técnicos que nos piden (formato, lenguajes, etc.), publicar nuestro contenido y hacerlo accesible a sus clientes, deslocalizando en este caso el proceso de distribución y cobro del producto, que será responsabilidad del portal. Se trata de plataformas tan conocidas como Google Books, Amazon Kindle o Apple Store.
Si tenemos en cuenta el esfuerzo llevado a cabo por el consorcio gestor de los estándares para la web (W3C) para acercar la publicación digital a los lenguajes web estándar y construir un ecosistema digital apto para recoger, almacenar y procesar todos los objetos digitales publicables (todo el corpus digital del conocimiento), y la facilidad de implementación de estos acompañada de la no necesidad de inversión en la compra de lenguajes o licencias, nos daremos cuenta rápidamente de que el futuro de la publicación editorial digital está en la Red, y el de la construcción de los contenidos, en los lenguajes y formatos estándar.
Los lenguajes para la web son lenguajes pensados para definir estructuras de contenidos, y la marcación semántica en la que se basan permite crear publicaciones digitales con la estructura y la metainformación suficiente para que el sistema lector entienda cuál es el papel de cada elemento del código.
Sin embargo, la coyuntura tecnológica todavía no ha evolucionado lo bastante como para que podamos garantizar un acceso universal a la Red, ni para que este acceso sea suficientemente efectivo, de forma que el acceso a contenidos en línea no sea una quimera que provoque el desinterés o la desidia. Hay muchas sin cobertura de internet, otras en las que las velocidades de conexión responden a estándares de otras épocas, etc. Por lo tanto, a pesar de que la tendencia general sea hacia el contenido permanentemente en línea, no es todavía realista publicar libros digitales y revistas solo disponibles en línea y sin una posibilidad de descarga que permitan leerlos de manera independiente de la ubicación geográfica del lector y su conectividad.
Por lo tanto, los portales para distribuir contenidos en formato de archivo descargable, o la distribución de estos archivos en portales propios, tienen todavía un largo recorrido por delante.
La diferencia clave entre estas dos opciones, que no son exclusivas entre ellas, radica en dos aspectos importantes:
- La libertad de elección del formato de distribución con la necesidad de crear y gestionar un portal propio (gestión de usuarios, pagos, mantenimiento del sistema, etc.).
- Las herramientas de creación con la necesidad de aceptar los requisitos técnicos para el formato de salida, y las herramientas de creación para ceder un porcentaje de los beneficios al propietario del portal.
Evidentemente, en muchos casos, y también a cambio de un coste extra en la cuota del portal, podremos acceder a diferentes opciones simultáneas y vender un producto en nuestra página web a la vez que lo subimos a un portal como Amazon o Google Books. Sin embargo, a pesar de que la decisión puede parecer fácil de tomar, hay muchas consideraciones, detalles, características y procedimientos que hay que tener en cuenta en cada caso, que detallaremos en los apartados sobre las plataformas de publicación y los modelos de negocio.
La elección del portal de distribución de nuestro producto condicionará, de manera significativa, la elección del formato y las herramientas de creación del objeto.
La conversión entre formatos no es efectiva en la mayoría de los casos. Y si no determinamos qué necesidades finales tendremos para planificar un proceso de creación que nos proporcione un producto que encaje con los requisitos técnicos que nos exige la vía de distribución elegida, nos encontraremos con la necesidad de dedicar un gran volumen de tiempo extra para cambiar de formato o adaptar el contenido.