5. Formatos de audio y su uso

5.5. Uso correcto de los sonidos en un proyecto transmedia

5.5.2. ¿De qué debería tratar mi podcast?

Entrevista

Es seguramente la opción más extendida y más agradecida. Al no ofrecer imágenes, sino solo voz, poder cambiar del entrevistador al entrevistado permite hacer un ejercicio más ágil que hablar simplemente una sola persona. Entrevistar a una persona diferente en cada episodio también nos ofrece más variedad en voces, y finalmente nos descarga un poco de trabajo, puesto que el entrevistado generará una parte del contenido.

Monólogo

Tomemos toda la iniciativa y expliquemos algo a nuestra audiencia: damos nuestra opinión, leemos en voz alta un poema, argumentamos una posición política… Es difícil no sentirse un poco ridículo hablando solo –en este sentido, la entrevista presenta ventaja– o no obsesionarse por el micrófono. Una manera de hacer el monólogo es imaginarse que estáis hablando a una persona en particular y dejar caer el discurso, que saldrá de manera más sencilla. También podéis empezar simplemente calentando y hablando de otras cosas y, cuando ya os hayáis olvidado de la grabación, empezar con el programa. Después editáis la parte que no sirve, y a otra cosa.

Copresentación

Una manera muy útil de evitar el vértigo del monólogo es tener un compañero con quien compartir el programa. Así, en lugar de hablar solo, hay otra persona a quien dirigirnos, y también algo más de variedad en las voces. A cambio, requiere mucha coordinación y compenetración para no pisarse el uno al otro o generar silencios largos porque no esté claro a quién le toca hablar.