3. Herramientas y lenguajes (workflow)

3.4. Tercera fase: producción

3.4.6. Creación multiformato (herramientas de creación transversal)

A pesar de que estamos tratando cada uno de los formatos de manera independiente, ya hemos comentado anteriormente que existe la posibilidad de publicar el contenido en multiformato. Esto es especialmente adecuado cuando publicamos contenido que queremos que sea accesible para el máximo de lectores posibles, de manera independiente del sistema que usen para leer o el dispositivo que elijan.

El problema que nos encontraremos, sin embargo, es que la conversión entre formatos, a menos que planteemos el proyecto ya desde el inicio como multiformato, será bastante complicada. Es cierto que tenemos disponibles algunas aplicaciones para convertir entre formatos publicaciones digitales –hablaremos brevemente de ello en el apartado siguiente–, pero no lo es menos que en la mayoría de los casos las conversiones automáticas que funcionan realmente son las que ya podemos generar fácilmente con los programas de edición. Transformar cualquier contenido digital a PDF es un proceso sencillo, independientemente del software que utilicemos. Transformar un contenido en PDF a EPUB con un conversor automático no solo nos dejará un archivo técnicamente poco funcional, sino que en el proceso perderemos una gran parte de las ventajas del formato EPUB si no editamos el contenido posteriormente a mano. Tanto el marcado semántico como el conjunto de metadatos que podemos añadir a un EPUB no podrán ser extraídos de un documento PDF. El resultado tendrá que ser observado atentamente en cada caso, y sometido a una fase de test y depuración muy completa para verificar su integridad.

Si, al contrario, determinamos a priori que queremos crear un objeto multiformato, podremos adaptar los procesos de creación para que sean eficientes para crear todos los formatos implicados. De este modo, guardaremos el contenido en diferentes partes de la edición para poderlo usar en la creación de los distintos formatos.

Por lo tanto, si tenemos claros todos los pasos necesarios para crear todos los formatos en los que ofreceremos el contenido, podremos adaptar el proceso de creación, normalmente centrado en un formato principal, para hacer copias del contenido en el momento idóneo de la edición, asegurando que las modificaciones que le hagamos a posteriori no intercederán en la creación del resto de los formatos. También sabremos a priori qué formatos de archivo podemos usar para las imágenes o el contenido audiovisual que tengan que formar parte de la publicación. Esta información nos facilitará de manera muy significativa el proceso de edición de los contenidos.