2. Familia tipográfica

2.1. ¿Qué es la familia tipográfica?

Por muy bonitas que nos puedan parecer las letras de forma aislada (sus curvas sutiles, sus ángulos, sus grosores, etc.), la tipografía solo tiene sentido cuando las letras se unen para formar palabras, párrafos y columnas de texto.

El valor de la tipografía aumenta cuando todos los detalles se juntan para distinguir una fuente determinada, enfatizando elementos como el ritmo o el color.

Una fuente completa es mucho más que las 26 letras básicas del alfabeto latino, los números y algunos signos de puntuación, como un signo de interrogación o un paréntesis. Si queremos trabajar de manera profesional con la tipografía debemos asegurarnos de que esta sea lo más completa posible.

La gran mayoría de tipografías se agrupan en una gama de distintos cuerpos, estilos y series que establecen variaciones sobre un mismo tema. Esta gama es más extensa o reducida según el mismo diseño de la fuente tipográfica, y su decisión la establece el propio diseñador de letras. Las variaciones esenciales de una familia tipográfica son:

  • Redonda. También llamada romana, ya que proviene de las inscripciones de las letras capitales o de caja alta grabadas en los monumentos romanos. El concepto redonda hace referencia al uso de las letras en minúscula de estilo básico.
  • Cursiva. Denominada así ya que proviene de la escritura cursiva manuscrita empleada en el sur de Europa a partir del siglo xv, concretamente en Italia.
  • Negrita. Acostumbra a tener las mismas particularidades formales que el grupo de las redondas, pero con un contraste más acusado y una definición de trazo más grueso.
  • Fina. Tiene las mismas características que el grupo de las redondas, pero con una definición de trazo más fino.
  • Estrecha. Esta denominación se debe a su versión condensada o comprimida de la letra redonda.
  • Ancha. Son las versiones expandidas o alargadas de las versiones romanas.
Ejemplo de la fuente Helvetica (Max Miedinger 1957) en sus variantes redonda, cursiva, negrita, fina, estrecha y ancha.

Actualmente, y gracias a la aparición de las herramientas digitales aplicadas al diseño de fuentes, las familias tipográficas han sufrido una expansión en sus variantes hasta llegar a límites casi disparatados. Esta ampliación de estilos se conoce con el nombre de superfamilias. Así pues, han ido apareciendo estilos intermedios, como la superfina, la seminegra, la extranegra o la supernegra.

Probablemente, el primer diseñador de letras al que se le podría atribuir este concepto sea Adrian Frutiger, con el diseño de la fuente Univers, comercializada por Deberny & Peignot en 1957, y que constaba, inicialmente, de una total de 27 pesos. Frutiger precisó de una nomenclatura específica numérica para poder describir las variantes de grosor, de anchura y de inclinación.

Espécimen tipográfico de la familia Univers, basado en un sistema numérico, en el que las decenas corresponden al grosor, las unidades al ancho, los números pares a las versiones rectas, y los números impares a las versiones inclinadas.