1. Letras
1.4. Factor lingüístico y factor gráfico
La tipografía es de naturaleza híbrida. Por un lado, tiene un componente puramente lingüístico y funcional, y por el otro, también un fuerte componente gráfico y expresivo. Esta dualidad, que parece tan obvia, condicionará completamente los resultados. Determinar cuál de los dos aspectos prevalecerá sobre el otro y en qué grado nos obligará a tomar una serie de decisiones que darán finalmente forma y personalidad a nuestro trabajo.
Dentro del mundo del diseño gráfico existe una división importante en cuanto a las letras: la tipografía de edición y la tipografía creativa. La primera reúne las cuestiones tipográficas enfocadas en la legibilidad, relacionadas con las familias, el tamaño de las letras, los espacios entre letras y palabras, la interlínea, el ancho de la columna, etc. Es decir, la tipografía de edición tiene en cuenta, por encima de todo, los factores que optimizan el proceso de lectura. Por otro lado, la tipografía creativa entiende la comunicación de otra manera, como si se tratara de una metáfora visual, donde el texto no solo tiene una función lingüística, sino que también funciona como imagen. Es importante entender que las dos aproximaciones son totalmente compatibles y que nunca las encontraremos del todo disociadas.
Si observamos un libro, por ejemplo, veremos que la cubierta y otros elementos como las portadillas o los títulos pueden clasificarse como tipografía creativa, mientras que la maquetación de los interiores, el texto de cuerpo o texto corrido se corresponde más con lo que denominamos tipografía de edición, porque sigue la normativa general aceptada por la gran mayoría de diseñadores y tipógrafos para una adecuada legibilidad. El objetivo del texto corrido es que el contenido pueda retenerse de forma fácil y rápida, mientras que el punto prioritario en un anuncio, portada, cartel o titular es atraer la atención del lector antes que nada. Y al contrario: si una fuente de texto tiene una entidad o personalidad demasiado fuerte, o unas formas poco habituales, demasiado llamativas, esto puede impedir una lectura fluida.
Conclusiones
Un buen trabajo tipográfico es el que consigue una buena unión entre forma y contenido, de forma que se obtiene la mejor presentación posible de cada mensaje. Es decir, adecuar el discurso visual al verbal.