Tipografía


Coral Piferrer / Inés Bullich Corcoy / Juan José Pons Tarranzo PID_00284497 Tercera edición: septiembre 2021

1. Letras

1.6. Anatomía del tipo

1.6.4. Rasgos fundamentales: contraste, eje y ojo medio

Ya hemos visto que el carácter tipográfico tiene una serie amplia y diversa de elementos y características susceptibles de análisis. Aun así, para hacer una identificación más directa de las letras y conocer mejor su funcionamiento, nos centraremos en tres aspectos: contraste, eje y ojo medio.

El contraste es la diferencia entre los trazos gruesos y finos de la letra. El contraste en tipografía viene de la repetición de las formas que genera la herramienta caligráfica y no tiene una utilidad concreta, sino que es un hecho más bien cultural, de tradición. Los tipógrafos que trabajaban con plomo solían copiar las formas de la caligrafía de moda en aquel momento. Generalmente las letras romanas tienen más contraste que las de palo seco.

Figura 23. Comparación de contraste

El eje o modulación es la distribución del contraste en el carácter, sugerida por la posición de los trazos finos y gruesos. Puede ser inclinado como en las venecianas o las incisas, o vertical como en las didonas o los palos secos. Esta inclinación tiene una gran importancia en la determinación del estilo de los caracteres. En general, una modulación inclinada responde a un tipo más cercano a la escritura manual, y un ritmo marcado por el eje axial corresponde a un tipo más moderno y racionalizado.

Algunas tipografías, como por ejemplo la Baskerville, tienen una modulación vertical o casi vertical. Además, en algunas familias, como la Rotis Serif, podemos detectar modulaciones verticales (o) y oblicuas (e). En estos casos es mejor centrarse en la letra “o” caja baja y “O” caja alta para identificar el eje. Son dos de las letras en las que podemos ver mejor los cambios de contraste y tienen un trazo completo.

Figura 24. Comparación de modulaciones entre Jenson (izquierda) y Bodoni (derecha)

El ojo medio es la altura de la minúscula respecto a la mayúscula, sin tener en cuenta los ascendentes y descendentes. El ojo medio ha ido variando a lo largo de la historia de la tipografía, y en general las tipografías de palo seco tienen un ojo mayor que las romanas, cosa que las hace más eficientes para muchos usos porque ocupan menos espacio vertical.

Figura 25. Determinación del ojo medio/altura x, según la comparativa de proporciones entre Franklin Gothic (izquierda) y Baskerville (derecha)

Conclusiones

Para hacer una identificación más directa de las letras y conocer mejor su funcionamiento, nos fijamos en el contraste, el eje y el ojo medio.