1.4. Las propiedades del color
1.4.1. Introducción
Hay tres propiedades del color que son las que nos permiten describirlo y hacen que sea único: el tono, la saturación y la luminosidad.
El tono (hue) es el color en sí mismo; el nombre que le damos. Por ejemplo, verde, azul, amarillo… De acuerdo con la tonalidad, dividimos los colores en cálidos y fríos.
Cuando hablamos de intensidad cromática nos referimos a la pureza de un color, es decir, su saturación. En la máxima saturación, el color se describe como brillante, vivo, rico, etc. En función de la saturación, dividimos los colores en vivos y en pálidos o apagados. Podemos variar la saturación añadiendo blanco, negro o gris a un color puro, o bien añadiendo el color complementario del círculo cromático. Añadir blanco, negro o gris a un color puro le restará pureza, el color se volverá más débil y grisáceo y la saturación será baja. Si se anula completamente la saturación, el color se transforma en una tonalidad gris. Esta tonalidad gris nos da información sobre la luminosidad. Por el contrario, podemos decir que un color tiene una saturación máxima si tiene una luminosidad del 100 %.
La luminosidad o brillantez define el grado de intensidad de luz que interviene en un color, es decir, con una saturación estable, añadiendo blanco, hasta la máxima luminosidad o añadiendo negro hasta el negro absoluto por la falta de luz. Así, por ejemplo, lo que consideraríamos un rojo oscuro presenta menos luminosidad que un rojo claro.