1.3. La percepción del color
1.3.1. Introducción
Los elementos físicos pueden tener la propiedad de retener una parte de las longitudes de onda del espectro electromagnético que les llega y de reflejar otras. Nuestro sistema de percepción visual nos otorga la capacidad de reconocer una parte de estas longitudes de onda reflejadas y, como resultado de este proceso, identificamos colores que atribuimos a las cosas que los reflejan.
El espectro electromagnético es muy amplio y va desde las ondas de radio, que tienen una larga longitud de onda (de la medida de un edificio), hasta las ondas gama, que tienen una longitud de medida atómica. Entre las ondas más largas encontramos las ondas de radio, las de microondas o los infrarrojos. Entre las ondas cortas encontramos los rayos gama, los rayos X y las ondas ultravioletas. En el centro del espectro, hay una franja muy pequeña que puede detectar el sistema visual humano: la luz visible.
El sistema de percepción visual de la especie humana empieza en el ojo. El ojo es un conjunto de órganos complejos que funciona con un mecanismo de reconocimiento de patrones de reflexión de luz. La luz está formada por ondas que se dispersan con longitudes, frecuencias y cargas energéticas diferentes. La frecuencia es una medida de la cantidad de ondas que atraviesa un punto en un periodo determinado; es directamente proporcional a la longitud: cuanto más corta es una onda, mayor es la frecuencia que tiene. La energía es inversamente proporcional a las dos: cuanto más corta es una onda, mayor es la energía que transporta.
Los objetos, según su constitución atómica, retienen una parte de estas ondas y reflejan otras. En función de las longitudes de las ondas, los percibimos de un color o de otro. Esto incluye no solo el objeto, sino también el cálculo de la posición en el espacio, la distancia, el movimiento respecto a nosotros, el tamaño y el reconocimiento de aspectos relevantes para nuestra relación con este objeto. Podríamos decir que el sistema ojos-cerebro es como una cámara de vídeo: el ojo hace el papel de objetivo y lente; el cerebro, el de disco duro de almacenamiento.