5.4. Cine abstracto
Con la aparición de la banda sonora, las imágenes abstractas emprendieron un nuevo viaje con la música y, durante los años treinta, el cine abstracto gozó de cierta aceptación popular. En este período surgió una segunda generación de artistas del cine abstracto, nacida ya con posterioridad a la invención del cinematógrafo y cuya producción continuaría más allá de la Segunda Guerra Mundial. Se caracterizó por poner especial interés en las relaciones audiovisuales –se produjeron colaboraciones entre artistas y músicos de vanguardia– y representó, en su conjunto, un paso adelante respecto a la utilización de la forma abstracta en movimiento.
Los artistas más destacados fueron:
- Mary Ellen Bute, que apostó por la imagen electrónica, con lo cual se tendían puentes con la futura imagen generada por computadoras.
- Oskar Fischinger, quien trabajó sobre la animación abstracta creando para ello diversas técnicas que le permitían agilizar los procesos.
- Len Lye, que además de participar en proyectos comerciales de animación desarrolló sus propios trabajos de animación abstracta.
- Norman McLaren, cuyos trabajos de animación tuvieron gran repercusión.

Norman McLaren puso las bases de lo que se conoce como animación manual utilizando para ello a menudo formas abstractas. En algunos casos, llegó a trabajar directamente sobre la cinta de celuloide grabando la imagen directamente sobre la emulsión. Hizo también una intensa experimentación con el color aplicado manualmente. En su extensa obra experimentó con multitud de técnicas, entre las que más adelante añadiría la técnica de la pixilación aplicada al trabajo con actores. Dedicó especial atención a la sincronización de la imagen con el sonido.