5.1. Méliès
Poco después de que los hermanos Lumière dieran testimonio de la salida de los obreros de una fábrica, llegó Méliès para demostrar que con el cine se hacía arte, y que este se creaba a partir del uso de la imaginación, entendiendo que toda una nueva fenomenología de la imagen se había hecho posible con la imagen en movimiento. Por medio de trucos y efectos, consiguió que las imágenes llegaran a los ojos del espectador dejando de responder únicamente a los parámetros de la realidad exterior. El espacio y el tiempo tecnológico dejaban de estar relacionados solo con la realidad sensorial y pasaban a trabajar también con parámetros surgidos de la mente.
Fue el inventor del cine de trucos, el cual en nuestro país estuvo representado por el maestro español de los trucos cinematográficos, Segundo de Chomón, quien colaboró estrechamente en numerosas producciones con el gran empresario francés del cine Charles Pathé.
Viaje a la Luna

Méliès puso en entredicho el cine entendido como resultado de la imagen única obtenida con la cámara. Para ello unió imágenes obtenidas en diferentes momentos, como puede observarse en este ejemplo, donde las figuras superiores de la imagen están superpuestas a las otras, en un claro ejemplo de doble exposición de una misma cinta cinematográfica. Con él la imagen en movimiento entró de lleno en la representación de la imaginación.

Imágenes como esta de Viaje a la Luna, que fueron de una gran popularidad y lo siguen siendo aún en nuestros días, pusieron de relieve desde un principio la estrecha relación entre la estética y la tecnología. El cine de Méliès es un cine básicamente de plató y de laboratorio, muy parecido a lo que ocurre hoy con el cine-composición de la imagen espectáculo.
Méliès fue quien inauguró la composición en el cine alterando tanto el tiempo lineal como el espacio único, utilizando para ello todo tipo de medios, ya fueran estos en la puesta en escena, en el interior de la cámara o en la posproducción, que dejaron patente su virtuosismo técnico. Puso mucho ingenio al servicio de la creación cinematográfica y sentó las bases del desarrollo futuro de sus potencialidades. No obstante, su cine de magia e ilusión sufriría un declive comercial y fue sustituido por la eficacia narrativa, quedando su legado circunscrito a la animación, al cine de vanguardia y a los espectáculos de feria.