4.5. Color
A partir de 1900 se introdujo el color en el cine por medio de la coloración manual con anilinas, pintando fotograma a fotograma y con un coste tres o cuatro veces superior a las cintas sin colorear. Esta técnica fue utilizada también por el cine de vanguardia, con una necesaria mención especial a las experimentaciones llevadas a cabo por Norman McLaren.
Alcanzar la capacidad técnica para que la imagen en movimiento pudiera ser tomada directamente en color de forma automatizada era un objetivo de la industria cinematográfica. Sin embargo, que las cámaras de cine llegaran a obtener imágenes en color fue un largo proceso de gestación al que no se le puede otorgar una fecha precisa, puesto que fueron diversos los caminos emprendidos para conseguirlo, en un proceso que resultó ser tecnológicamente complejo y económicamente costoso. Las primeras cámaras eran voluminosas y poco manejables, y además obligaban a obtener un negativo por cada uno de los tres colores. Sin ser las primeras, tanto Lo que el viento se llevó como El Mago de Oz, ambas de 1939, significaron la puesta de largo del color en el cine.
Por lo que a la televisión se refiere, las primeras emisiones se hicieron en blanco y negro, hasta que en 1953 se introdujo el más espectacular paso adelante dado por la televisión, con la introducción del color en los Estados Unidos. A Europa no llegaría hasta que la BBC lo introdujo en 1969.