Al convertirse el cine en una industria y un negocio, los efectos especiales se convirtieron en un importante medio de atraer público a las populares salas de cine que se abrían en gran número en las ciudades y, además, hacerlo por los medios más económicos posibles. Su epicentro, a partir de la Primera Guerra Mundial (una vez barrida la fuerte industria cinematográfica europea), se situaría en Hollywood, donde mayor empeño se puso en la utilización y en el desarrollo de los mismos. Esta presión condicionó plenamente la dirección de los inventos y los medios que debían desarrollarse, lo cual tuvo como resultado que el cine pasara a identificarse casi exclusivamente por su carácter narrativo, algo que no tenía por qué haber sido así necesariamente.
Hollywood nació de la mano de los productores independientes que huían del pago del canon por los derechos de las patentes propiedad de Thomas Alva Edison. Escogieron esta insólita ubicación por su cercanía a la frontera de México –por si debían huir–, por la diversidad de parajes que confluían en la zona como potenciales decorados naturales y por el buen clima que permitía rodar exteriores prácticamente todo el año.
Se exploraron todos los medios posibles y a menudo sorprendentes para la obtención de imágenes espectaculares. Sirva como interesante ejemplo del ingenio utilizado una escena de la película de Charles Chaplin Tiempos modernos, de 1936. Los efectos se producían por diferentes medios: ya fuera delante mismo de la cámara, utilizando la manipulación de la cámara misma y también en el laboratorio. El uso de distintos tipos de máscaras –o reservas– para cubrir parte de la imagen pronto fue una estrategia común, con el fin de unir imágenes pertenecientes a tiempos distintos pero que en la imagen final aparecían simultáneamente. Ello dio con el concepto de composición tecnológica en el audiovisual, es decir, la obtención de una imagen final creada a partir de la suma de distintas imágenes.
Por lo que se refiere a la obtención de imágenes compuestas, centraremos la atención en aquellas que tecnológicamente se obtuvieron a partir del trabajo en el laboratorio.
King Kong

Esta película significó la puesta de largo de los efectos especiales como una herramienta imprescindible para conseguir fuerza visual en el cine narrativo. Por distintos medios, se superponían imágenes de diferente procedencia y ya por aquel entonces la imagen compuesta alcanzó un altísimo desarrollo con la tecnología disponible. Diversas técnicas y tecnologías eran utilizadas para obtener la imagen final, de manera que esta se convertía en una suma de partes independientes que solo adquirían sentido cuando pasaban a formar parte de una unidad.
Citizen Kane

Este film es un buen ejemplo de cómo la pintura fue, durante todo el período analógico de la imagen en movimiento, un fiel aliado para obtener imágenes espectaculares de multitudes, paisajes y edificios inexistentes, cuya construcción física hubiera sido imposible o bien a unos costes prohibitivos. La imagen en movimiento ocupaba una parte de la imagen mientras el resto permanecía inmóvil. Ambas imágenes eran unidas por medio de máscaras que normalmente se ajustaban aprovechando los perfiles o contornos contenidos en la propia imagen, para disimular la costura entre ellas. Con esta y otras técnicas la preproducción fue tomando mayor importancia en el cine, de manera que la construcción del guion debía tener en cuenta las posibilidades técnicas para la obtención de imágenes.
Los Diez Mandamientos

Los efectos visuales alcanzaron un nuevo hito con un salto significativo en cuanto a espectacularidad. Sin embargo, los efectos no podían durar más allá de unos pocos minutos dada la complejidad del proceso para la obtención de las imágenes compuestas finales.
Las máscaras estáticas iniciales fueron dando paso al travelling matte, la cinta que, utilizada de forma paralela a la imagen de la que se quería extraer una parte de la misma, contenía la información sobre sus límites y contornos, así como la transparencia de la misma, a partir de blancos, negros y grises. Una característica de la imagen compuesta analógica es que las «costuras» entre las distintas imágenes, es decir, los perfiles de la unión entre ellas eran visibles, aunque cada vez menos con el paso de los años.
Star Wars

Representó el nacimiento del denominado cine-composición, un tipo de cine creado básicamente en el laboratorio, y cuya finalidad última era la obtención de imágenes de una gran fuerza estética. Fue la culminación de una tendencia en el cine donde la realidad no era tan importante como la imaginación y la fuerza de las imágenes era mucho más importante que otros aspectos contenidos en el guion.