4. Pensamiento y visualidad
4.4. Pensar visualmente
4.4.1. Mapas mentales
Son organizadores gráficos o diagramas que tienen como finalidad ordenar la información de manera clara y concisa. Son un método práctico y eficaz para profundizar sobre temas que nos interesen y también para ayudarnos a estructurar y memorizar información. Para hacerlos, podemos seguir una serie de pasos preestablecidos que nos garantizarán ciertos resultados; también podemos decir que son una técnica especial para expresar, organizar y presentar ideas.
Un mapa mental suele tener como centro una imagen clara y llamativa que nos ayudará a enfocar la atención en el tema en el que deseamos profundizar, y también favorecerá la asociación de ideas. En los mapas mentales utilizamos palabras, conceptos y dibujos como elementos gráficos, unidos y dispuestos radialmente alrededor de una palabra clave o una idea central.
El resto de las ideas las ubicaremos según vayan surgiendo, formando una estructura radial, en la que las agruparemos y jerarquizaremos en ramas que vayan del segundo al octavo nivel (no es recomendable pasar de ese nivel, tanto por cuestiones gráficas como de retención).
El número de ramas tampoco debe ser superior a ocho para ayudarnos a favorecer la memorización.
Si bien existen una serie de sistemas similares (mapas conceptuales, redes de araña, espinas de pescado, etc.), quien dio impulso a la difusión de los mapas mentales fue Tony Buzan con El libro de la lectura rápida (1971/1998, págs. 171-178). Más adelante, vuelve a presentar la idea en el libro Use your Head, donde explica la técnica con bastante detalle (Buzan, 1974/1984, págs. 86-115). Y, finalmente, en 1993 publica El libro de los mapas mentales, íntegramente dedicado a explicar el método en profundidad (Buzan, 1993/1996).
Guía para la realización de mapas mentales
Buzan sugiere las siguientes guías para la creación de mapas mentales:
- Utilice el papel de forma apaisada.
- Comience en el centro del papel con una imagen del tema a tratar usando al menos tres colores.
- Use imágenes, símbolos, códigos y dimensiones en su mapa mental.
- Seleccione palabras clave y trabaje usando tipografía en mayúscula y minúscula.
- Será mejor que cada palabra o imagen ocupe su propia línea o rama.
- Las líneas deberán estar conectadas, comenzando por la imagen central.
- Las líneas/ramas se harán más finas a medida que se separen del centro.
- Haga las líneas/ramas del mismo grosor que la palabra o imagen que sostengan.
- Use muchos colores en el mapa mental, para conseguir estimulación visual, pero también para codificar y/o agrupar.
- Desarrolle su propio estilo personal para realizar mapas mentales.
- Use énfasis y muestre asociaciones en sus mapas mentales.
- Mantenga el mapa mental limpio usando jerarquía radial y líneas exteriores que conecten sus ramas.
Si bien Tony Buzan no aclara este punto, creemos que es recomendable hacer un listado de los temas a tratar antes de comenzar a «dibujar» el mapa mental.
Dejaremos que las ideas vayan saliendo sin un orden preconcebido y después pasaremos a organizarlas de acuerdo al tema y al nivel de importancia usando, por ejemplo, un código de colores. Observaremos que este truco nos ayuda a ganar tiempo y a organizar mucho mejor la información.
También nos puede resultar de utilidad realizar un esbozo del mapa mental. Sobre todo, si presenta una gran complejidad conceptual, o simplemente si queremos obtener mejores resultados.
Otro consejo que puede resultar útil es trabajar en un formato más grande que el A4, por ejemplo en A3. Trabajando en un formato más grande no necesitamos esforzarnos tanto escribiendo con tipografías diminutas y, además, hay mucho más espacio para perfilar los conceptos visualmente a través de dibujos.
Mapas mentales: ¿manuales o digitales?
Los mapas mentales se pueden realizar tanto de manera manual como digital.
En principio, no existirían motivos para decir que un método es mejor o peor que el otro, pero pensamos que es recomendable aprender a realizarlos manualmente para, una vez que sepamos los rudimentos de cómo realizarlos, aprender a hacerlos digitalmente.
Esto se debe a una razón muy sencilla: trabajando sobre el papel nos damos más libertad para que las ideas surjan de manera desorganizada. Solo después de asegurarnos de tener un buen número de conceptos y palabras clave, los organizaremos para poder escribirlos y, posteriormente, agregar los dibujos.
Si nos saltamos el paso de la lista, y aún más importante, el proceso de aprender a hacer los mapas manualmente, observaremos que nos encontramos con grandes dificultades a la hora de querer reorganizar la información en los mapas digitales, pues aún las aplicaciones más sofisticadas se vuelven algo inestables cuando pretendemos realizar grandes cambios estructurales en el mapa.
En relación con las aplicaciones digitales gratuitas, son recomendables Freemind y MindPreview. Si se descargan los dos programas, hay que tener en cuenta que utilizan la misma extensión (esto puede generar la pérdida del archivo con la forma que le dimos originalmente).