Dibujar para diseñar


Carlos Ruiz Brussain PID_00238890

1. Introducción

1.3. Materiales para el dibujo

1.3.2. Otros materiales y técnicas

En cuanto a gustos personales, todos desarrollamos preferencias por un material u otro, pero eso no debería detenernos a la hora de probar materiales nuevos y experimentar con instrumentos o técnicas desconocidas o que en principio no nos resultan afines.

A continuación, hablaremos de algunos materiales alternativos y de las técnicas mixtas y experimentales.

 

Materiales alternativos

Como hemos mencionado, existe una larga lista de materiales «tradicionales», y también hemos dicho que es importante conocerlos y dominarlos lo mejor posible para aumentar nuestras capacidades expresivas.

De todas formas, para matizar este punto de vista, diremos que también es recomendable experimentar con materiales alternativos. Obviamente, un material alternativo es todo aquel que se contrapone con los materiales utilizados comúnmente. Para resumir, podríamos decir que los materiales alternativos son aquellos que encontramos o bien fabricamos nosotros mismos (como ejemplo de material encontrado, podemos pensar en una rama que recogimos en un paseo por el bosque, y, en relación con materiales fabricados, podríamos mencionar un trozo de caña que cortamos nosotros mismos), o aquellos que, inicialmente, no fueron diseñados como materiales artísticos (por ejemplo, un bolígrafo Bic o un rotulador pensado para trabajo de oficina).

Cuando hablamos de dominar, nos referimos a tener control sobre el material y no que el material nos controle a nosotros. En la práctica profesional, a la hora de recibir un encargo con una fecha de entrega clara, no solemos tener tiempo de estar experimentando (tengamos en cuenta que, generalmente, los encargos profesionales son «para ayer», o eso es lo que suelen decir los clientes cuando les preguntamos para cuándo necesitan lo que nos están encargando); por eso, lo mejor es usar los materiales que conocemos. Evidentemente existen excepciones a esta regla pero, desde nuestro punto de vista, es mejor guardarse los experimentos para uno mismo, y solo cuando uno está bien seguro de controlar un material o una técnica, podremos ofrecerlo como parte de nuestro repertorio profesional.

20023_m1_40

Figuras 40 y 41. Pequeñas ramas como material alternativo y los resultados de su uso.

Figuras 40 y 41. Pequeñas ramas como material alternativo y los resultados de su uso.

20023_m1_42

Figuras 42 y 43. Posibles materiales alternativos: fósforo; pajilla; rama; cepillo de dientes.

Figuras 42 y 43. Posibles materiales alternativos: fósforo; pajilla; rama; cepillo de dientes.

 

Técnicas mixtas

Si bien, de momento, solo nos hemos referido a los materiales, quizás sea importante mencionar que muchos de ellos implican una técnica; de esa manera podemos hablar de la técnica del carboncillo, la del grafito, etc.

Cuando hablamos de técnica, hablamos de los pasos que seguimos a la hora de hacer servir un material.

Lo que es importante tener en cuenta es que toda técnica puede combinarse con otra; aun cuando los resultados no sean los deseados, vale la pena experimentar, equivocarse, aprender y siempre volver a experimentar. Por ejemplo, uno podría guardar los fósforos usados y usarlos para pasar a tinta, es decir, combinando un material encontrado con la técnica tradicional de la pluma/pincel y tinta china. Si queremos darle otra vuelta de tuerca al asunto, podríamos cortar la punta de los fósforos de diversas maneras y experimentar con los resultados. De esa forma estaríamos combinando un material encontrado-fabricado con una técnica tradicional. Inicialmente, los resultados de estos experimentos suelen presentar un cierto patrón: al usar materiales de este tipo, o al combinarlos de maneras alternativas, existe una pérdida de control. Pero, aunque parezca una contradicción, por esa misma razón ese tipo de materiales son los preferidos de muchos artistas que, cansados de los resultados conocidos, buscan motivación en el uso de materiales imprevisibles. Quizás, precisamente eso es lo que haga que nos devuelvan a un estado casi lúdico: al no ser capaces de predecir los resultados de nuestro trabajo, nos llenamos de una expectación y un entusiasmo que son propios del mundo de los juegos.