Dibujar para diseñar


Carlos Ruiz Brussain PID_00238890

1. Introducción

1.1. ¿Qué es el dibujo?

Según el diccionario en línea de la RAE, dibujar es «trazar en una superficie la imagen de algo» (ASALE, 2016).

El diccionario también se refiere a «delinear en una superficie, y sombrear imitando la figura de un cuerpo» (Dibujar, 2011). Esta última definición –claro está– es incompleta, ya que, por ejemplo, relega el campo a una mera imitación o representación de la realidad, excluyendo el dibujo imaginativo, el automático y el abstracto.

En relación con la etimología, el término dibujar (lo mismo que dibuixar en catalán o debuxar en portugués) proviene del francés antiguo deboissier, que quiere decir grabar, tallar, labrar en madera o esculpir, dependiendo del contexto (Dibujar, 2011; Godefroy, 1883, pág. 435). En la etimología inglesa, el verbo to draw (‘dibujar’) viene de dragan, que quiere decir dragar, hacer canales o surcos sobre algo (Etymonline.com, 2016).

Considerando que este texto está dirigido a estudiantes de diseño gráfico, es interesante apuntar que, en francés, la palabra para referirse tanto a la acción de dibujar como a la de diseñar es idéntica: dessiner. Y lo mismo se aplica al producto de la acción, ya que la palabra dessin sirve tanto para referirse a un diseño como a un dibujo. Como veremos más adelante, es quizás este uso preliminar del dibujo como herramienta para la planificación, la previsualización, el control de presupuestos –tan relacionados con el pensamiento proyectual y el design thinking– el que probablemente generó la polivalencia del término en la lengua francesa. Si se quiere profundizar en los posibles problemas de esta doble carga semántica, es muy recomendable leer la interesante reflexión que hace Isabel Campi Valls (Campi Valls, 1992 y 2008, pág. 89).

Una acepción más abarcadora del campo indica que el dibujo es el principio fundamental del arte plástico y la base estructural de cualquier proyecto (de diseño, arquitectónico, etc.).

Tal vez también conviene considerar la definición que provee Francis D. K. Ching; para este autor, dibujo es el «proceso o técnica que se pone en práctica para representar algo –un objeto, un entorno, una idea– trazando líneas sobre una superficie» (Ching, 1998/2010, pág. 1; la cursiva es mía).

Es importante recalcar que, además de referirse a objetos o entornos, Ching puntualiza que el dibujo sirve para representar ideas (Ching, 1998/2010, págs. 1-2), entre las que podrían incluirse muchas cosas relevantes para el diseñador gráfico: logotipos, maquetaciones, interfaces, etc.

En cuanto a los procesos que operan detrás del acto de dibujar, Ching argumenta que «en el fondo de cualquier dibujo existe un proceso interactivo de visión, imaginación y representación de las imágenes» (Ching, 1998/2010, pág. 3). Según este autor, «la visión es el canal sensorial primario por el que entramos en contacto con nuestro mundo. […] La visión posibilita nuestra capacidad de dibujar, en tanto que el dibujo potencia la visión» (Ching, 1998/2010, pág. 3). Respecto a la imaginación, Ching dice:

«La mente en su activa búsqueda de estructura y significado, procesa, manipula y filtra la información visual que recibe el ojo. El ojo de la mente genera imágenes que vemos que son, precisamente, las que intentamos representar en el dibujo.»
(Ching, 1998/2010, pág. 3)

Como consecuencia, Ching aclara:

«El dibujo no se reduce a una mera habilidad manual, sino que comprende el pensamiento visual que estimula la imaginación y, en reciprocidad, esta proporciona ímpetu para el dibujo.»
(Ching, 1998/2010, pág. 3)

En relación con el último punto; la representación, Ching argumenta:

«Cuando dibujamos hacemos marcas en una superficie para representar gráficamente lo que vemos ante nosotros o imaginamos en la mente. El dibujo es un medio natural de expresión que crea un mundo de imágenes, independiente, pero paralelo, que habla a la visión.»
(Ching, 1998/2010, pág. 3)

Ching concluye que «la actividad de dibujar no puede separarse de la visión ni de la reflexión sobre lo que se representa», pues para él «la destreza del dibujo debe aparejar un conocimiento de aquello que nos esforzamos en representar gráficamente» (Ching, 1998/2010, pág. 3).

En relación con el uso del dibujo en el campo del diseño, Isabel Campi Valls recalca que, si bien el trabajo del diseño se halla intrínsecamente unido al dibujo, para los diseñadores la práctica de esta disciplina no se contempla como un fin en sí mismo, sino como un medio para la elaboración y comunicación de ideas y conceptos. Para la autora, por más que los dibujos realizados por un diseñador sean magistrales o deslumbrantes, siempre tienen como objetivo ayudar a visualizar el proyecto, y anticipar problemas y soluciones (Campi Valls, 1992/2008, pág. 24).

 

Conclusiones

El dibujo es el principio fundamental del arte plástico y la base estructural de cualquier proyecto de diseño.

Llamamos dibujo al proceso que ponemos en práctica para representar algo haciendo marcas sobre una superficie.

Los tres pilares del dibujo son la visión, la imaginación y la representación. Para producir un dibujo, es necesario que estos tres elementos interactúen.

En el campo del diseño, el dibujo tiene siempre como objetivo ayudar a visualizar proyectos, y anticipar problemas y soluciones.