Taller de forma y composición: Marco conceptual y catálogo de ejemplos


Gemma San Cornelio Esquerdo PID_00244602
Primera edición: febrero 2017

1. Introducción

Podríamos considerar la forma como el mínimo elemento expresivo de la comunicación visual, y la composición como la manera en la que se articulan las diferentes formas que entran en juego. Dominar estos dos principios, pues, se convierte en una competencia imprescindible para poder desarrollar diferentes trabajos y proyectos de diseño.

Ambos elementos se inscriben en una larga tradición académica, especialmente entroncada en las bellas artes, tanto desde una perspectiva más teórica como desde otra más aplicada. A lo largo de la segunda mitad del siglo xx, a partir de los estudios previos de la Bauhaus, la Gestalt y del estructuralismo, ambos conceptos suelen encontrarse bastante a menudo vinculados al contexto del lenguaje visual. Sin embargo, a la vez, son varias las disciplinas que se ocupan de esta noción, constituyendo la cultura visual una amalgama interdisciplinaria: historia y teoría del arte, semiótica, iconografía, estudios culturales, antropología visual, estudios visuales y también el diseño forman parte de las disciplinas interesadas en entender y descifrar el amplio alcance de la imagen y su preponderancia en la cultura contemporánea. Más aún; en el caso del creador o diseñador, se percibe como necesario controlar todos los elementos que entran en juego en el momento de diseñar.

Así pues, más recientemente se habla de alfabetización visual, tratando de incluir las diferentes perspectivas académicas con el objetivo de instruir en la creación de imágenes y mensajes visuales. En este contexto se enmarca el trabajo de Donis Dondis, realizado a finales de los años setenta y todavía de una gran influencia en los programas académicos de arte, diseño y comunicación. Según esta autora, el modo visual constituye todo un cuerpo de datos que, como el lenguaje, puede utilizarse para componer y comprender mensajes situados a niveles muy distintos de utilidad, desde la puramente funcional hasta las elevadas regiones de la expresión artística.

«Es un cuerpo de datos compuesto de partes constituyentes y de un grupo de unidades determinadas por otras unidades cuya significancia en conjunto es una función de la significancia de las partes» (Dondis, 2015, pág. 11).

Anne Bamford (2003), que ha profundizado en el tema de la alfabetización visual en los últimos años, sugiere que en el lenguaje visual se da una combinación de sintaxis y semántica. La sintaxis es la forma en la que se construye la imagen y se refiere a la estructura y a los elementos que la componen. Este sería el campo en el que Dondis desarrolla su trabajo.

Sin embargo, para Bamford la sintaxis no se limita solo a la composición gráfica de una imagen, como líneas, color o texturas. En ella se incluyen otros elementos con la capacidad de aportar significados a una escena, como, por ejemplo, la posición de una cámara. Al dar un ángulo de encuadre concreto podemos estar resaltando la importancia de una persona o un elemento en la composición. Entre algunos elementos que participan en la sintaxis se encuentran la luz, las sombras, la composición, el movimiento, la profundidad, el color, la perspectiva, la línea, los contornos, el tono, la escala, el énfasis, la armonía, el contraste, la metáfora o el fondo.

Por otra parte, la semántica se refiere al significado, a la manera en la que las imágenes se relacionan más ampliamente con cuestiones del mundo para obtener sentido. La palabra semántica tiene un origen similar a la palabra signo, y por ello a menudo está estrechamente relacionada con la semiótica, que se encarga del estudio de los signos. En la práctica, la semántica visual se refiere a las formas de las imágenes en el proceso cultural de la comunicación. Esto incluye la relación entre forma y significado. Según Bamford (2003, pág. 3) la semántica podría incluir mirar la forma en la que se crea el significado mediante:

  • forma y estructura,
  • ideas construidas culturalmente que configuran la interpretación de iconos, símbolos y representaciones, y
  • una interacción social con las imágenes.

De una manera similar, Wong (2001, pág. 11) distingue entre los siguientes elementos del diseño:

  • Elementos conceptuales: punto, línea, plano y volumen.
  • Elementos visuales: forma, tamaño, color y textura.
  • Elementos de relación: dirección, posición, espacio y gravedad.
  • Elementos prácticos: representación, significado y función.

En su libro Fundamentos del diseño desarrolla los tres primeros puntos, aunque podría considerarse que su trabajo gravita principalmente en torno a la noción de forma y sus diferentes articulaciones, en forma de composición, pero más centrado en una forma básica, en su estructura, las retículas y sus repeticiones en forma de módulo.

Como puede verse, la mayoría de los autores hacen de algún modo una distinción entre las cuestiones más formales, que se relacionan con las perceptivas, y las cuestiones culturales, de las que se alejan un tanto. De hecho, para determinados autores como Hocks y Hendricks (2003), tanto la visión formalista de la imagen en Dondis como la visión más historicista de W. Mitchell (1995) estarían agotadas en el contexto de la cultura digital. Estos autores proponen recuperar nociones de semiótica y retórica para abordar la combinación de texto e imagen en los entornos electrónicos y digitales (pág. 19).

En realidad, es bastante destacable que en materia de forma y composición se ha publicado muy poco en los últimos años y muchos menos autores abordan la composición visual aplicada a los medios digitales. Si bien la neurociencia va avanzando en identificar los patrones cognitivos que rigen la percepción, todavía hoy siguen siendo válidos, en líneas generales, y sin entrar en dogmatismos, planteamientos del siglo pasado.

Así pues, para los propósitos de esta asignatura nos centraremos en la composición bidimensional y haremos referencia a diversos autores que proponen conceptos de tipo formal y sintáctico, enmarcados en una perspectiva semiótica y cultural y tomando ejemplos de diversa procedencia –teniendo en cuenta las limitaciones por derechos de autor– que sean capaces de ilustrar las múltiples posibilidades que la forma y la composición nos brindan a la hora de abordar un proyecto de diseño.