Proyecto II: Diseño editorial


Isabel García Fernández PID_00267223

7. La portada

7.2. Elementos de una portada

Hay una serie de elementos comunes en todas las portadas, que suelen aparecer siempre. Decimos «suelen» porque cada publicación es un mundo, y su propia naturaleza da lugar a una serie de maneras diferentes de puesta en página.

En la imagen, tomando una portada de la revista Woman como ejemplo, podemos ver algunos de los elementos que acostumbran a aparecer en todas las portadas. Si nos fijamos en el quiosco, en otras portadas deberíamos poder identificarlos.

7.2.1. Cabecera

El elemento principal en toda portada es la cabecera: es su nombre propio, su imagen y contiene las líneas distintivas de su personalidad. Un buen logo es determinante para el éxito de una publicación. Cuando hablamos de identidad corporativa, nos estamos refiriendo al conjunto de elementos propios de una publicación (también aplicable a una empresa, una marca o una compañía), los cuales sirven para que se distinga de otros, y le otorga unas características especificas. El logotipo, la «cabecera» en una publicación, es el elemento esencial de la imagen del producto. Cada publicación debe tener su propia cabecera, de manera que el público la asocie inmediatamente con la misma.

El proceso de creación de la cabecera es complejo: debemos tener un buen nombre que contribuya al reconocimiento del producto entre la competencia, que se asocie con un concepto que sea adecuado a lo que estamos creando, que se recuerde fácilmente… El proceso de creación de la cabecera ha de culminar en un logotipo que despierte un proceso mental en el observador que le trasmita lo que el producto contiene (elegancia, diversión, jovialidad, seriedad, etc.). Nuestro logo ha de hacer resaltar la publicación entre la competencia, debe otorgarle unas características propias que despierten el interés del potencial lector y afiancen su confianza en él. Su lugar usual es arriba a la izquierda, aunque hay publicaciones que modifican esta ubicación como una maniobra de identidad.

En la imagen, podemos ver diferentes cabeceras de conocidas revistas. El logo en sí mismo, descontextualizado de cualquier imagen, ya nos recuerda a qué publicación pertenece. Son cabeceras que están íntimamente relacionadas con el producto al que representan.

A veces, pueden introducirse variaciones en el logo por motivos meramente estéticos. En el ejemplo, podemos ver cómo en la revista Smoda la cabecera ha sido alterada para hacer un guiño al contenido de la publicación. A pesar de que la estética del logo ha variado, podemos observar cómo este sigue siendo igualmente reconocible.