5. Formatos de audio y su uso

5.5. Uso correcto de los sonidos en un proyecto transmedia

5.5.3. Grabar la voz para un podcast

A la hora de grabar, asegurémonos de disponer de una grabadora con suficiente batería y memoria. No hay nada peor que tener que parar una entrevista fantástica porque la grabadora está llena o sin corriente.

También es importante disponer de un buen micrófono que capte bien el sonido, con matices. Si entrevistamos a una persona o hacemos una presentación oral, es una buena idea disponer de un micrófono que podamos pegar con un clip a nuestra ropa. En caso contrario, el sonido se desvanecerá o aumentará a medida que nos movemos. Los locutores no profesionales tienden a moverse, girar la cabeza y generar este tipo de distorsiones, que después son muy molestas al escuchar el podcast.

Una vez grabado, es una buena idea editar nuestro podcast. Estamos en el mundo de la velocidad, y nuestro posible público está acostumbrado a escuchar entrevistas y programas de radio de calidad. Si dejamos nuestro audio tal y como salió originalmente, lleno de «uh», «ah», «otra cosa…» y silencios, lo más probable es que lo abandonen desesperados al cabo de pocos minutos de iniciar la audición.

Sin embargo, también existe el peligro contrario de eliminar todo lo que es informativo y crear una experiencia falsificada, en la que la ausencia completa de pausas o tos hará que el oyente piense que todo es muy artificial.

Aquí nuestro objetivo debería ser que la edición no se notara, que el flujo de la discusión no se cortara. Si para eliminar un «buenooo…» hay que hacer un corte que provoque que la persona que habla esté ametrallando las palabras, es mejor dejarlo.

Grabar una entrevista o un monólogo en audio es algo más difícil de lo que parece. Un problema importante es el ruido. Inevitablemente, vuestro micrófono captará sonidos de ambiente, y según de dónde vengan y dónde esté el micrófono, pueden llegar a ser muy molestos.

Programas como Audacity ofrecen filtros de reducción de ruido, pero hay que utilizarlos de manera cuidadosa. Si nos excedemos, el resultado volverá a parecer artificial, como si lo hubiéramos grabado en la Estación Espacial Internacional, mientras que lo que buscamos es que sea natural.

Lo mejor es asegurarse de minimizar los ruidos de fondo, haciendo una serie de pruebas primero y, si queda un ruido mínimo, no agobiarse y dejarlo. Este helicóptero o sirena de bomberos que aparecen de repente eliminadlos solo si no mutilan el ritmo natural de la conversación o de vuestra presentación oral.

Y, antes de subir vuestro flamante podcast, tenéis que escucharlo entero y estar seguros de que todo funciona según lo que habéis previsto. No hay nada peor que descubrir cinco minutos de silencio, unos murmullos que no se entienden o cómo se os escapa una expresión poco afortunada. Os tenéis que asegurar de que funciona bien tanto con altavoces como con auriculares, e intentad escucharlo desde el ordenador y desde un dispositivo móvil, para ver si el sonido es siempre aceptable.