5. Formatos de audio y su uso

5.3. Herramientas para crear audio

5.3.4. Transducción

Por ejemplo, podemos asociar una frecuencia de sonido a un color (el rojo es un do, el verde es un fa, etc.) y escuchar una foto. Originalmente, el término tenía un significado más técnico que se refería a la cuestión de ingeniería de cómo convertir datos –en una cinta magnética, en un disco de vinilo, etc.– en cambios en un campo electromagnético que hagan vibrar unos altavoces y podamos escuchar el sonido.

Aquí lo utilizamos en el sentido más artístico e infográfico de buscar alguna información sencilla que cambie de manera gradual en el tiempo, y convertirla en sonido para, así, percibirla de otro modo. De este modo, podemos convertir en sonido las órbitas de los planetas, la evolución del IBEX 35, la reducción de los casquetes polares y cualquier otra magnitud que tenga sentido convertir en sonido, de forma que no se convierta el audio en un simple ruido blanco.

Hacer una buena transducción es una tarea complicada, que implicará conocer en detalle la temática que queremos transducir –sería absurdo intentar convertir en sonido datos de la bolsa si no tenemos idea sobre cómo funciona y qué significan los cambios– y un poco de programación.

Si queréis explorar el mundo de la transducción, la mejor opción ahora mismo es SuperCollider, un entorno de programación pensado específicamente para el arte sonoro con el que una buena parte de las funciones necesarias para crear transducciones ya están automatizadas.

En SuperCollider Swiki tenéis un tutorial oficial sobre cómo funciona el entorno de programación, y en SuperCollider 3.9dev, la documentación detallada.